jueves, 5 de diciembre de 2013

Proselitismo

Si. Lo reconozco. Somos muy pesados.
 
Insistimos, e insistimos, de todas las maneras imaginables, para que el resto del mundo comparta nuestro vicio, aunque sepamos positivamente que...¡No les gusta correr!.
 
Y, como esta simple verdad no nos entra en la cabeza, nos dedicamos a indagar los motivos de esta incomprensible (para nosotros) falta de apetencia.
 
Seguro que es porque de pequeños tuvieron un trauma, o algo así - Pensamos- .Esto debe ser que en clase de gimnasia le hacían dar vueltas al colegio, al pobre (no os riáis, es mi caso, y me costó años superarlo. Imaginad a un niño gordo y sin ninguna gana de correr subiendo escaleras como un loco, y os haréis una ligera idea). O es que se creen que no tienen tiempo. O...En fin, todo menos aceptar que, simplemente, no quieren.
 
El caso es que, inasequibles al desaliento, persistimos. Afortunadamente, solemos ser inofensivos, y lo más que llegamos a hacer es abrir un blog y obligar a la familia a leerlo (u obligarlos a mentir y decir que lo han leído), lo que, dentro de lo malo, aún tiene un pase. Pero es que, a veces, triunfamos sobre el propio criterio de nuestra víctima, y le obligamos a salir. Al pobre.
 
Si le gusta, estupendo, teníamos razón, y este deporte es maravilloso. ¿Ves? Te lo dije. Bienvenido, otro a quien le podremos contar nuestras peripecias, y que encima nos entenderá. Lo malo es si no le gusta, en cuyo caso el haberle obligado a salir o le convierte en uno de tus más acérrimos enemigos, o crea en su espíritu un ánimo de revancha que tarde o temprano, habrás de pagar. Con sangre. Por pesao.
 
Se supone que con un par de experiencias de este tipo debería de bastarnos, ¿no? Pues no. Y no lo entiendo. no conozco a nadie que insista de esta manera a todo bicho viviente que conoce sobre las bondades de practicar su deporte predilecto, salvo a nosotros. Y si no, mira la cantidad de blogs que hay sobre el tema. Cualquiera que lleve dos semanas corriendo siente la necesidad vital de contar su mística experiencia (y si no me creéis, miradme a mi). ¿A quién habéis intentado convencer este año para correr la San Silvestre?
 
Cansinos, que somos unos cansinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario