Pues
sí, dado que esto de las listas se ha puesto de moda, ya me iba tocando hacer
una. Pero tranquilos, no esperéis nada del otro jueves. Por otro lado, a lo
mejor algún día debería plantearme añadir contenido enjundioso a esto del blog.
En fin, todo se andará. De momento ahí va mi primera lista. como veis, amenazo con continuar.
1- ¿Has comprobado el tiempo? Sí,
cuando venías de trabajar hacía biruji, pero ¿era el suficiente como para
ponerte la chaqueta que te comprase para correr en el Himalaya? Procura salir
algo fresco, que luego lo agradecerás. Y si ves congelarse la moquilla a los
perros de la calle, abrígate, hombre, abrígate.
2- Dedica unos momentos a atarte
correctamente los cordones de las zapatillas, que luego hay que pararse en
medio del parque, y, si los compañeros te esperan, como mínimo te van a poner
mala cara. Esto vale también para atarte los pantalones o las mallas,
asegurarte de que no se te cae el pulsómetro…
3- Si eres de los que te rozas,
plantéate untarte bien de vaselina, pies, pezones, ingles... en fin, cada uno
sabe dónde le escuece. Que sí, que la vaselina mancha tu camiseta preferida, esa que te costó una pasta por ser de marca, pero ojo, la sangre también (y el sudor).
4- Calienta. Si no quieres hacerlo
antes de salir, por lo menos dedica un rato de tu entrenamiento a ir algo más
suave. Y más con frio. Un poco por lo menos. Que luego te rompes, y tienes que
estar tres meses sin correr.
5- Asegúrate de poder volver. ¿Has
dejado tranquila a la prole? ¿Has preguntado a tu mujer “Qué te pasa” y te ha
dicho “Nada, nada…”? Piénsatelo antes de salir, que sudado se duerme muy mal en
los bancos de la calle, y más si no estás acostumbrado.
Y, sobre todo, disfruta.
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